Comunicación y Educación
Texto presentado en el Congreso Comunicación y Educación: propuestas para construir futuro. XI Congreso Nacional de Estudiantes de Comunicación Social. Cartagena de Indias, Colombia. Mayo 2006.
No hay Comunicación sin Educación, como no hay Educación sin Comunicación. Ambos campos del desarrollo humano trabajan con la información con el objeto de ser transformada en conocimiento. En este artículo se parte de la observación de un cierto paralelismo en los procesos de cambio que tanto la Comunicación como la Educación están experimentando en su adaptación a la Sociedad de la Información.
Si reflexionamos durante un momento sobre la definición de periodismo como la dotación de información necesaria para el libre desarrollo del ciudadano y la comparamos con la definición de la educación orientada a facilitar a la persona los medios para su libre desarrollo a lo largo de su vida, podremos ver cuán similares son las ideas reformadoras que sitúan al periodista y al maestro como comunicadores, mediadores y facilitadores de información útil, veraz e independiente en una sociedad democrática.
QUÉ
En esta sociedad del tercer milenio la información circula en todas las direcciones y se incrementa de manera exponencial. El reto ahora no es obtener información, sino localizar la información que pueda resultarnos útil, saber distinguirla de entre todos los bits de ruido a su alrededor y generar sentido de la misma. La censura del nuevo siglo no consiste tanto en la prohibición y la ocultación, sino en la intoxicación, en enmascarar lo relevante dentro de lo irrelevante. Las fuentes de información se incrementan y lanzan sus productos en una cacofonía multiplicadora, por lo que será necesario establecer criterios de verificación y credibilidad al enfrentarse a nuevos mensajes, que permitan lidiar entre la incertidumbre y la sobreabundancia de la información.
QUIÉNES
Los privilegios con los que contaban los periodistas/profesores de antaño en cuanto a seleccionadores de la mejor información/mejor contenido para su público/alumnado quedan hoy en desuso por la propia dinámica del mercado de la información en el que nos movemos. Tanto los “receptores” como los “alumnos” cuentan en muchas ocasiones y según qué temas con más información que sus “seleccionadores” habituales. No quiere decir esto que no sean necesarias sus figuras en la sociedad, sino que su función habrá de adaptarse a las nuevas necesidades de su tiempo. Se habla del periodista-verificador frente al periodista-gatekeeper. En otras palabras, no tanto un periodista-portero que rechaza cierta información, sino un periodista-árbitro que ubica cada información según criterios consensuados de veracidad y credibilidad en un juego donde participa cualquier tipo de fuente susceptible de ofrecer información (ya sea fuente institucional o un simple ciudadano). De igual manera, en el campo de la Educación podríamos hablar de maestro-tutor frente a profesor-docente, como una persona capaz de guiar al aprendiz-ciudadano para jugar en el campo de la libre información desde la participación crítica y constructiva.
PARA QUIÉN
El desarrollo de la tecnología en la Sociedad de la Información –internet, dispositivos portátiles, telefonía móvil, etc.- ha generado que los modelos tradicionales de comunicación social y educativa hayan sufrido cambios sustanciales que requieren de nuevos enfoques para nuevas realidades. Por un lado, emisores y receptores, profesores y alumnos intercambian sus papeles hasta tal punto que será necesario renovar el vocabulario que los identifica. Se habla de prosumer –producer/consumer- y del desarrollo del emirec –emisor/receptor-. El receptor, el emisor, el profesor y el alumno son finalmente “el ciudadano”. Todos somos ciudadanos y todos somos receptores, emisores, profesores, alumnos, etc. según el rol que adoptemos en cada momento del proceso de comunicación. Esta amplitud de posibilidades y derechos –de acceso, de participación, de difusión, etc.- lleva aparejadas ciertas obligaciones. Concebir al ciudadano como centro de toda relación comunicativa en la Sociedad de la Información supone también una mayor responsabilidad para él, puesto que tiene que hacerse cargo de su propio desarrollo en un ecosistema mediático con flujos de información en todas las direcciones. Y ahí es donde la Educación, de la mano de la Comunicación, tienen un gran reto por delante: preparar al ciudadano del siglo XXI para disfrutar, construir y transformar la sociedad en la que vive.
CUÁNDO Y DÓNDE
La integración de la Red de Redes con los dispositivos portátiles multimedia y la telefonía móvil hace que la información se pueda producir, distribuir y consumir desde cualquier lugar y en cualquier momento. La inmediatez y la globalización como elementos definitorios, entre otros, de la Sociedad de la Información, posibilitan estos flujos y crean expectativas sobre los mismos. Sus implicaciones directas en la Educación conciben un proceso de enseñanza-aprendizaje fuera del espacio clásico del aula y más allá de los años de formación reglada en un tiempo determinado. Dentro de este nuevo enfoque, la Educación ha de adaptarse a una sociedad que demanda long-life learning o aprendizaje continuo.
CÓMO
Situar al ciudadano como eje de la sociedad supone crear una verdadera democracia participativa y superar el despotismo ilustrado de los poderes económicos, políticos y mediáticos que mantienen su poder gracias a la pasividad atribuida a las figuras de consumidor, público y audiencia. Se trata de pasar de una comunicación/educación para el público pero sin el público a una comunicación/educación para el ciudadano con el ciudadano… Y esto es algo más que cuestión de preposiciones linguísticas.
CÓMO: DESDE LOS MEDIOS
Los medios de comunicación social tienen una responsabilidad pedagógica con respecto a los ciudadanos, que se fundamenta en su propia razón de ser como servicio público. Este enfoque didáctico del periodismo, apenas desarrollado y ni siquiera reconocido en la mayor parte de los casos, entiende que ha de contribuir a la formación de un ciudadano crítico y plenamente formado para la participación democrática. Cuanto más explicativo sea el periodismo sobre sus métodos, sobre sus principios, sobre su funcionamiento interno, más transparente y por tanto creíble será para el ciudadano. En la Sociedad de la Información este aspecto de los medios de comunicación se hace aún más necesario una vez que su papel de seleccionador privilegiado es destronado y ha de ayudar al ciudadano en el acceso, verificación y producción de la información desde una postura integradora y conciliadora, invitando a las nuevas voces a participar del proceso comunicativo y reconociendo aquella frase de Dan Gillmor: “Mis lectores saben más que yo”. En otras palabras: el periodista puede contribuir en gran medida a generar sentido dentro de la sobreabundancia de información si es capaz de compartir y explicar las excelencias del método periodístico a los ciudadanos. Es ese método aprendido y ejercitado por los periodistas -selección, verificación, investigación…- el requerido por todos los ciudadanos para ser parte activa en la nueva era digital, como personas que han de ser capaces de extraer y elaborar la información que consideren necesaria para su desarrollo social.
CÓMO: DESDE LA EDUCACIÓN
Los jóvenes de hoy deben aprender no sólo a obtener la información que desean, sino más importante aún, a generar sentido de la misma. Con la continuada emergencia de nuevas tecnologías, el aprendizaje se centrará menos en conocimientos residentes en la cabeza y mucho más sobre aprendizaje de los caminos que conducen al conocimiento. La Educación ha de formarles en la capacidad del aprendizaje autónomo, a aprender a aprender, para que puedan seguir construyendo su conocimiento en todas las etapas de su vida. Necesitamos nuevos enfoques educativos para la formación del ciudadano digital y nuevas metodologías para afrontar procesos centrados en su aprendizaje. La Educación en Medios, o Media Literacy, actualizada a las características y análisis del ciberespacio puede servir de eje vertebrador para afrontar estos nuevos paradigmas de la Educación.
Educación en Medios, Multimedia y Ciberespacio: aproximación a un modelo de trabajo
Objetivos
• Partir del para qué y llegar al qué, cómo y por qué Reflexión desde la creación
Conceptos
• Buscar, seleccionar, verificar, producir y compartir información en internet
• Producir mensajes multimedia desde un espíritu crítico-reflexivo
• Conocer y experimentar los valores del ciberespacio (producción colaborativa, cultura libre, copyleft, -etc.)
• Identificar los riesgos de la Red (plagio, anonimato, credibilidad, etc.)
Metodología
• Prácticas orientadas a proyectos: aprendizaje instrumental como medio y no como fin. Crear motivaciones, querer hacer para querer aprender, querer actuar para querer producir.
• Énfasis en los procesos. Prácticas abiertas y personales.
• Aprendizaje lógico-intuitivo frente a aprendizaje lineal. De la misma forma que no se aprende a manejar un teléfono móvil con un curso de formación, sino con el uso motivado, desde la necesidad de comunicación, hay que aprender a enfrentarse a la tecnología desde la intuición y la reflexión.
• Frente a los cursos para “aprender programas”, cursos para estimular el “qué”, “por qué” y “para qué” con/de “esos programas”.
Contenidos:
• Fotografía y Vídeo digital: A través del análisis-producción de la contrapublicidad, la manipulación digital, el fotomontaje, etc.
• Implicaciones de la Autoría en el ciberespacio, ventajas y aspectos críticos: A través de la publicación de un weblog.